Población mayor y deterioro cognitivo

Un problema creciente en Chile

El envejecimiento de la población en Chile es una realidad ineludible. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 2023, el 19,2% de los chilenos tenía 60 años o más, y se estima que esta cifra continuará aumentando en los próximos años. Junto con este fenómeno demográfico, ha surgido un problema alarmante: el deterioro cognitivo y las enfermedades neurodegenerativas en la población mayor, que muchas veces son invisibilizadas y desatendidas por el sistema de salud.

Cifras preocupantes de salud mental en adultos mayores

Los datos revelan que más del 30% de los adultos mayores en Chile presenta algún grado de deterioro cognitivo, y aproximadamente el 7% padece demencia en alguna de sus formas. Sin embargo, estos números podrían estar subestimados debido a la falta de diagnósticos adecuados y la limitada accesibilidad a evaluaciones especializadas. A esto se suma que los trastornos depresivos y ansiosos afectan a cerca del 25% de esta población, exacerbando el declive cognitivo y la pérdida de autonomía.

A pesar de esta realidad, la atención médica sigue siendo insuficiente. La mayoría de los adultos mayores recibe diagnósticos tardíos, cuando las intervenciones son menos efectivas, y en muchos casos, ni siquiera acceden a terapias especializadas que podrían mejorar su calidad de vida.

Un enfoque erróneo en las recomendaciones

Durante años, se ha promovido la idea de que los adultos mayores deben realizar actividades como crucigramas, rompecabezas o ejercicios mentales de alto impacto para prevenir el deterioro cognitivo. Si bien estas actividades pueden aportar beneficios, el problema radica en que, cuando la reserva cognitiva ya está agotada, estos ejercicios pueden generar más frustración que mejoras reales.

Diversos estudios han demostrado que la clave para un envejecimiento saludable no está en la sobrecarga de ejercicios mentales, sino en fortalecer los vínculos sociales y emocionales. La interacción con otras personas, el sentido de comunidad y la participación activa en actividades significativas han demostrado ser mucho más efectivos para preservar la función cognitiva y prevenir enfermedades neurodegenerativas.

La importancia de la socialización y el bienestar emocional

El contacto social frecuente, compartir con familiares y amigos, formar parte de redes de apoyo e involucrarse en actividades comunitarias son estrategias clave para frenar el deterioro cognitivo. Investigaciones en neurociencia han evidenciado que las conexiones emocionales fortalecen las redes neuronales y reducen el impacto del envejecimiento en el cerebro.

Además, la práctica de actividades placenteras, como la música, el arte o el voluntariado, genera un impacto positivo en la autoestima y la motivación de los adultos mayores, contribuyendo a su bienestar integral.

Un llamado a mejorar la atención en salud mental

Chile debe replantear su enfoque en la salud mental de la población mayor. Es necesario promover políticas públicas que garanticen el acceso a diagnósticos oportunos y tratamientos adecuados, además de fomentar estrategias que prioricen el bienestar social y emocional de los adultos mayores.

El desafío está en cambiar la forma en que abordamos el envejecimiento y comprender que la salud mental en esta etapa de la vida no depende exclusivamente de ejercicios cognitivos, sino de la calidad de los lazos afectivos y del sentido de pertenencia que las personas mantienen en su entorno.

¿Estamos preparados para asumir esta deuda pendiente con nuestros adultos mayores? El momento de actuar es ahora.